Porsche y Audi regresan a la combustión: la baja demanda frena la electrificación de deportivos

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A pesar del auge de los deportivos eléctricos, marcas como Porsche y Audi están revirtiendo su estrategia. La escasa demanda de modelos eléctricos en este segmento ha llevado a Porsche a mantener motores de combustión en su futuro 718. Esta decisión podría influir en Audi, que también podría optar por incorporar motores de combustión a sus futuros deportivos.

El futuro es incierto, y esto nos lleva a aferrarnos al pasado.

Los vehículos eléctricos ofrecen mayor potencia y control, aceleración más potente y una mejor eficacia en curvas. Con el peso de los deportivos actuales, las cifras de peso son similares a los de combustión, y mucho mejores en relación peso/potencia.

BYD ha demostrado que el futuro del hiperdeportivo es eléctrico, superando a Bugatti con su Yangwang U9, el coche más rápido del mundo. Anteriormente, el McMurtry Spéirling ya había demostrado una aceleración superior a cualquier coche de combustión.

Sin embargo, los deportivos eléctricos aún no han alcanzado una gran aceptación. No sabemos si es cuestión de tiempo o si modelos como el futuro Renault 5 Turbo 3E cambiarán la situación. Mientras tanto, los coches de combustión ofrecen sensaciones que los eléctricos no igualan.

Para algunos, estas sensaciones son diferentes; para otros, claramente mejores.

La evidencia es clara: el deportivo eléctrico no convence del todo. Esto provoca retrasos en los planes de electrificación. Un buen ejemplo es el futuro Porsche 718, que inicialmente iba a ser totalmente eléctrico, pero ahora incluirá una versión de combustión. Esto, a su vez, podría llevar a Audi a ofrecer también motores de combustión en sus deportivos.

Porsche, según declaraciones de su CEO Oliver Blume a inversores publicadas en The Autopian, reconoce una caída en la demanda de coches eléctricos exclusivos y ajusta su estrategia.

Los futuros Porsche 718, deportivos clásicos de motor central, seguirán ofreciendo motores de combustión, al menos en sus versiones más caras. Esto confirma los rumores previos de que el Porsche 718 no sería exclusivamente eléctrico.

Esta decisión llega cuando se confirma que los Porsche Cayenne tampoco serán exclusivamente eléctricos. Esto representa un cambio significativo en la estrategia, ya que los buenos resultados iniciales del Porsche Taycan habían impulsado la estrategia eléctrica de la marca. Sin embargo, la disminución de la demanda en China ha afectado significativamente a estos planes.

Se ha constatado que los clientes adinerados con acceso a coches de combustión no están adoptando los eléctricos. El Porsche Macan, inicialmente pensado como modelo exclusivamente eléctrico, podría contar con una versión de combustión en 2028, según Jalopnik, aunque la plataforma actual solo admite modelos eléctricos.

En el análisis del Porsche Macan eléctrico se destacó su efectividad, potencia y manejo, pero se apuntó a la dificultad de convencer a los clientes Porsche del cambio al motor eléctrico, especialmente considerando que anteriormente montaba un motor de gasolina V6.

Para los deportivos eléctricos, el problema es que estos coches son mucho más que cifras. En redes sociales se afirma que quien sabe manejar una hoja de cálculo compra un coche eléctrico. Esto es cierto si se busca un coche asequible para el día a día, pero no se aplica a la compra de un deportivo biplaza de motor central.

Un Mazda MX-5, por ejemplo, sigue transmitiendo sensaciones que ningún otro coche ofrece con poca potencia. Este tipo de conductor valora el sonido del motor, el empuje al subir de vueltas y el tacto de una caja de cambios manual.

Estos coches son meros caprichos, y como tales, no se rigen por factores racionales. Las cifras son solo una parte de la ecuación.

Marcas indisolubles de esta experiencia de conducción tienen dificultades, especialmente las más accesibles. Ferrari o Lamborghini tienen más margen para trasladar costes a sus clientes, pero Porsche tiene menos margen, sobre todo en modelos más asequibles.

Por ello, Porsche plantea un futuro a dos velocidades. No es casualidad que las versiones de combustión del Porsche 718 sean las de gama alta. Esto ayudará a vender las versiones más caras, ofreciendo una experiencia de conducción inaccesible para la mayoría.

Este futuro Porsche 718 da un respiro a la compañía. Las empresas han hecho esfuerzos para tener una gama sólida ante un horizonte sin motores de combustión en 2035, pero necesitan seguir ganando dinero, y en Europa, los clientes no han adoptado el coche eléctrico al ritmo esperado. En este nicho, los problemas son mayores, ya que la racionalidad no se impone.

Porsche observa que sus clientes europeos y americanos siguen prefiriendo el motor de combustión. Esto podría llevar a Audi a ofrecer un deportivo de combustión, inicialmente pensado como eléctrico, para amortizar las inversiones en motores de combustión.

El reto es conseguir que el coche sea igual de divertido en sus versiones eléctricas y de gasolina. La experiencia demuestra que cuando se comparte la plataforma, una de las variantes suele ser inferior. El producto se convierte en un puzzle donde una pieza no encaja del todo.

Para saber más, tendremos que esperar a conocer estos futuros deportivos a fondo.