El sector turístico español, ya saturado por el turismo de sol y playa, experimenta un crecimiento significativo en un nuevo nicho: las bodas destino. Parejas de todo el mundo eligen España para celebrar sus enlaces, generando una industria millonaria en constante expansión. Este fenómeno está impactando especialmente en zonas como Mallorca, donde numerosas fincas se especializan en este tipo de eventos.