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Mié, Sep

La Atmósfera Terrestre: Más Extensa de lo que Creemos, Incluso Alcanzando la Luna

Tecnologia
La creencia popular de que el espacio comienza donde termina el cielo azul es errónea. Investigaciones recientes revelan que la atmósfera terrestre se extiende mucho más allá de lo imaginado, incluso llegando a la Luna. Esto implica que los astronautas de las misiones Apolo, aunque se alejaron de la Tierra, no abandonaron completamente la atmósfera terrestre.

La idea de que el espacio comienza donde el cielo deja de ser azul es una simplificación. Estudios científicos demuestran que la atmósfera terrestre es significativamente más extensa de lo que se pensaba previamente, incluso llegando más allá de la órbita lunar. Las doce personas que caminaron sobre la Luna no abandonaron por completo la influencia de nuestra atmósfera.

Según Doug Rowland, experto en heliofísica de la NASA, no existe un límite definido para la atmósfera terrestre. No termina en el Everest ni a la altitud de los aviones, sino que se extiende gradualmente, volviéndose menos densa con la altura.

La Estación Espacial Internacional, orbitando a unos 400 kilómetros de la Tierra, experimenta resistencia atmosférica suficiente como para requerir impulsos periódicos para evitar su caída. Sin embargo, la sorpresa mayor proviene de décadas de observaciones del SOHO (Solar and Heliospheric Observatory), una misión conjunta de la ESA y la NASA.

Un estudio basado en datos del observatorio SOHO indica que la geocorona, la capa exterior de la atmósfera compuesta por átomos de hidrógeno, se extiende hasta 630.000 kilómetros, casi el doble de la distancia Tierra-Luna.

Durante la misión Apolo 16, en 1972, se tomó una imagen de la geocorona brillando en luz ultravioleta. Curiosamente, los astronautas se encontraban aún dentro de esta capa atmosférica. Como afirma Igor Baliukin, autor principal del estudio: "La Luna vuela atravesando la atmósfera de la Tierra".

La influencia terrestre en la Luna no se limita al hidrógeno. También llega oxígeno terrestre a nuestro satélite durante aproximadamente cinco días al mes, cuando la Luna pasa a través de la magnetocola terrestre. Durante este proceso, los iones de oxígeno son acelerados hacia la Luna, incrustándose en su superficie. Este fenómeno, que se estima que lleva ocurriendo 2.400 millones de años, podría proporcionar información valiosa sobre la evolución de nuestra atmósfera.

La atmósfera terrestre se divide en capas: troposfera, estratosfera, mesosfera, termosfera y exosfera. La exosfera, que comienza alrededor de los 700 kilómetros de altitud, se fusiona con el viento solar aproximadamente a los 10.000 kilómetros. Sin embargo, la baja densidad de sus partículas permite que escapen al espacio.

La línea de Kármán, ubicada a 100 kilómetros de altitud, se considera convencionalmente el límite del espacio, el punto donde la aeronáutica tradicional resulta inviable. No obstante, la geocorona demuestra que la influencia atmosférica de nuestro planeta se extiende mucho más allá.

Imagen | NASA