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Mié, Sep

El auge de la comida preparada: ¿beneficio o riesgo para la salud?

Tecnologia
El consumo de platos preparados en supermercados se ha disparado, impulsando las ventas de cadenas como Mercadona. Este crecimiento, atribuido a la comodidad y la falta de tiempo, plantea interrogantes sobre las consecuencias a largo plazo para la nutrición de la población. ¿Estamos sacrificando la salud por la conveniencia?

En los últimos ocho meses, Mercadona ha incrementado su cuota de mercado en siete décimas, alcanzando el 27,3%. Este significativo aumento la consolida como líder, distanciándose de su principal competidor, Carrefour.

Sin embargo, lo más relevante es que este éxito se debe, según los datos, a la estrategia de Juan Roig contra la cocina casera. El declive de la cocina tradicional se acelera más rápidamente de lo previsto.

Las consecuencias a largo plazo de esta tendencia son inciertas. ¿Estamos delegando el cuidado de nuestra alimentación en entidades que priorizan el beneficio económico sobre la salud?

Aunque Juan Roig predijo la desaparición de las cocinas en los hogares para mediados del siglo XXI, actualmente más de ocho millones de españoles optan por los platos preparados de los supermercados.

Estudios demuestran un declive en la cocina casera en las últimas décadas, especialmente entre los millennials, quienes consumen más comida fuera de casa y dedican menos tiempo a cocinar, optando por opciones preparadas. Si bien la pandemia generó un cambio temporal, la tendencia parece retomar su curso.

El consumo medio de platos preparados en España en 2024 fue de 17 kilos per cápita, un 6,6% más que el año anterior. Esta tendencia se ve reflejada no solo en la mayor oferta de platos preparados, sino también en la simplificación de los productos frescos para reducir el tiempo de preparación.

La comodidad, la falta de tiempo y la creciente oferta de opciones más elaboradas y saludables en los supermercados son los principales factores que impulsan este cambio, según la consultora Kantar.

Surge la pregunta sobre la veracidad de la afirmación de “opciones más saludables”. ¿Este cambio en los hábitos alimenticios mejora nuestra dieta o la empeora?

La preocupación es pertinente, especialmente considerando el problema de los ultraprocesados. Estudios muestran una correlación positiva entre el consumo de estos alimentos y diversas afecciones de salud, desde problemas cardiovasculares hasta depresión.

Se observa un aumento significativo en el riesgo de mortalidad cardiovascular, ansiedad, problemas de salud mental y diabetes tipo 2 asociado al consumo de ultraprocesados. Incluso se registra un aumento en el riesgo de muerte por cualquier causa.

En 2010, la comida ultraprocesada constituía el 31,7% de la dieta española, incluyendo el 80,4% de los azúcares añadidos. El consumo de alimentos procesados se triplicó entre 1990 y 2010, mientras que el consumo de azúcares añadidos aumentó del 8,4% al 13% de la ingesta diaria de energía.

Si bien existe una mayor conciencia sobre la necesidad de opciones más saludables, la proliferación de platos precocinados plantea dudas sobre si esta tendencia mejorará o empeorará nuestra alimentación.

Es prematuro determinar el impacto a largo plazo en la alimentación de la población. Si bien no todos los alimentos procesados son perjudiciales para la salud, la experiencia histórica indica la necesidad de una regulación estricta y una concienciación pública para evitar consecuencias negativas.

Es crucial aprovechar este auge de la comida preparada para mejorar la salud pública, antes de que sea demasiado tarde.