La procuradora general Yeni Berenice Reynoso alertó sobre la desventaja que sufren las víctimas en el sistema judicial dominicano, donde el debido proceso se centra en los imputados. Urgió al Congreso la aprobación de un anteproyecto de ley para la protección de víctimas, testigos y sujetos procesales, elaborado en conjunto con el Poder Ejecutivo. Esta ley, según Reynoso, busca reparar la deuda histórica de no contar con una legislación específica para la protección de este grupo vulnerable.
La procuradora general de la República, Yeni Berenice Reynoso, señaló que el sistema de justicia dominicano prioriza el debido proceso para los imputados, dejando a las víctimas en una posición desfavorable, a pesar de ser quienes han sufrido el daño.
Durante el Congreso Internacional “Victimología Aplicada”, Reynoso instó al Congreso a aprobar el anteproyecto de ley de protección de víctimas, testigos y sujetos procesales, desarrollado en colaboración con el Poder Ejecutivo.
La titular del Ministerio Público declaró: “Desde el Ministerio Público, junto al Poder Ejecutivo, hemos elaborado un anteproyecto de ley para la protección de los derechos de víctimas, testigos y sujetos procesales, que esperamos sea aprobado este año por el Congreso de la República Dominicana y promulgado por el Presidente”.
Reynoso afirmó que la ausencia de una ley de protección para víctimas y testigos constituye una deuda histórica, calificándola como una necesidad urgente e inaplazable.
La procuradora indicó que la ley se basará en tres pilares fundamentales: un programa de protección para víctimas y testigos, representación legal a nivel nacional y un sistema integral de atención.
Explicó: “Necesitamos un programa de protección que evite el silenciamiento de víctimas por miedo. Debemos contar con un programa que garantice que las víctimas puedan denunciar y los testigos testificar sin temor, con la protección como eje central”.
Reynoso recalcó que las víctimas no eligen su situación y merecen un proceso justo, digno y reparador. Concluyó afirmando que la reparación no debe ser una promesa vacía, sino el reflejo de una sociedad mejor.