La Contraloría General de la República ha incrementado el número de Unidades de Auditoría Interna (UAI) en instituciones estatales de 206 a 304 bajo la gestión del presidente Abinader. Esta expansión busca fortalecer el control interno, garantizar el uso adecuado de los fondos públicos y promover la transparencia en la administración financiera. El contralor general, Félix Santana García, destacó la importancia de este aumento para la eficiencia y la rendición de cuentas.
La Contraloría General de la República informó un aumento significativo en el número de Unidades de Auditoría Interna (UAI) en entidades estatales, pasando de 206 a 304 durante la administración del presidente Luis Abinader, un incremento de 98 unidades en comparación con gestiones anteriores.
El contralor general, Félix Santana García, resaltó el rol rector de la Contraloría, según el artículo 247 de la Constitución, en la fiscalización del uso de los recursos públicos, la autorización de pagos y la transparencia en la gestión financiera del Estado.
Estas unidades realizan un control interno previo, verificando que los contratos y pagos cumplan con los requisitos legales y administrativos. Una vez validados, se envían electrónicamente a la Contraloría a través de los sistemas Sugep y TRE contratos, donde se someten a diversas revisiones.
Las órdenes de pago son evaluadas y preautorizadas antes de la firma del contralor general, tras lo cual se remiten a la Tesorería Nacional para las transferencias correspondientes a las cuentas de las entidades públicas.
Santana García recordó que, según el artículo 25 de la Ley 10-07, cada institución estatal es responsable de su control interno y del uso adecuado de sus recursos, debiendo cumplir con las Normas Básicas de Control Interno (Nobaci) establecidas por la Contraloría para una gestión eficiente y transparente de los fondos públicos.
Tras la revisión, la Contraloría realiza auditorías a las instituciones. Las irregularidades con implicaciones penales se remiten a las autoridades pertinentes, mientras que las oportunidades de mejora se abordan con planes de acción correctivos.
Para mantener la objetividad, la Contraloría rota periódicamente a los auditores entre instituciones, evitando vínculos cercanos con las Direcciones Administrativas y Financieras (DAF) que puedan afectar su independencia.
Santana García concluyó que estas medidas refuerzan la credibilidad del sistema de control interno y garantizan una gestión pública más transparente y eficiente.