El presidente Trump pronunció un conmovedor discurso en el funeral del activista ultraconservador Charlie Kirk, describiéndolo como un misionero dedicado a la fe y al diálogo. Trump destacó la perseverancia de Kirk ante amenazas y oposición, incluso de grupos como Antifa. El presidente atribuyó el éxito de Kirk en promover el conservadurismo en universidades a su enfoque persuasivo y su firmeza en sus principios.
En el funeral del activista ultraconservador Charlie Kirk, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ofreció un emotivo homenaje, calificando a Kirk como "un misionero con un espíritu noble y un gran propósito", cuya vida se caracterizó por la fe, el diálogo y la convicción en sus principios.
Trump narró cómo Kirk, poco antes de su asesinato, recibió un mensaje sobre la oposición de estudiantes en un campus universitario donde iba a hablar. Kirk respondió que su objetivo no era la confrontación, sino el acercamiento: "Quiero conocerlos y amarlos, y quiero llegar a ellos e intentar guiarlos hacia una gran forma de vida en nuestro país", según relató Trump.
Para el mandatario, esta respuesta resume la esencia de Kirk: "En ese momento privado el día de su muerte encontramos todo lo que necesitamos saber sobre quién realmente fue Charlie Kirk. No odiaba a sus oponentes. Quería lo mejor para ellos", afirmó Trump, añadiendo en tono personal: "Ahí es donde discrepé con Charlie. Yo odio a mi oponente y no quiero lo mejor para él… pero Charlie no era así"
Trump recordó que Kirk oraba antes de cada presentación pidiendo: "Dios, úsame para tu voluntad". El presidente destacó que la misión de Kirk se fortaleció con su creciente influencia en universidades, donde buscaba persuadir en lugar de confrontar.
Trump reconoció los riesgos que Kirk enfrentó, incluyendo amenazas de bomba, alarmas de incendio, intentos de sabotaje por parte de multitudes e incluso ataques de grupos como Antifa, lo que requirió en ocasiones un fuerte despliegue policial. Trump acusó a "agitadores pagados, con carteles idénticos" y exigió una investigación del Departamento de Justicia.
A pesar de estas amenazas constantes durante años, Kirk nunca se rindió. "Él y yo compartíamos un lema: nunca rendirse y nunca, jamás. Creía firmemente en eso, y tenía toda la razón", afirmó Trump.
En su discurso, Trump responsabilizó a los "radicales y a sus aliados en los medios de noticias falsas" por intentar silenciar a Kirk, argumentando que lo hicieron porque "estaba ganando, y ganaba a lo grande", logrando que universidades tradicionalmente liberales se convirtieran en "bastiones del conservadurismo" en pocos años.
Trump concluyó que el legado de Kirk reside en su fidelidad a su propósito hasta el final: "No demonizaba a nadie. Persuadía a todos con las ideas y principios que creía correctos y verdaderos"