Escondida en el corazón de Londres, Winfield House es mucho más que una mansión; es un centro neurálgico de la diplomacia estadounidense en el Reino Unido. Desde recepciones de Estado hasta conciertos con estrellas internacionales, esta residencia oficial del embajador ha sido testigo de momentos históricos y alberga una rica historia. Su privacidad y seguridad extrema la convierten en un lugar privilegiado para encuentros de alto nivel.
Situada en una zona exclusiva de Londres, tras una exuberante pantalla de árboles y jardines privados, se encuentra Winfield House, residencia que ha albergado a mandatarios como Donald Trump.
Quienes han accedido a su interior describen un ambiente apartado del bullicio citadino, un espacio elegante con extensos jardines que irradian exclusividad.
Esta imponente mansión, reconstruida en la década de 1930 tras un incendio, destaca por sus dimensiones y su estilo georgiano con distintivo ladrillo rojo, legado de su propietaria más famosa, Barbara Hutton, según la BBC.
La planta baja se destina a recepciones diplomáticas y eventos oficiales, mientras que el primer piso alberga la residencia privada del embajador.
Desde la calle, la casa permanece imperceptible, garantizando la privacidad de sus ocupantes y visitantes. Esta privacidad, reforzada por una guardia armada y estrictos controles de acceso, es esencial para su función estratégica en la diplomacia estadounidense.
Winfield House juega un papel fundamental en la agenda diplomática de Estados Unidos en el Reino Unido. Además de ser la residencia del embajador, es un epicentro de la hospitalidad diplomática, sede de eventos que congregan a la élite política, empresarial y cultural de ambos países.
Entre sus tradiciones, destacan las fiestas del 4 de julio, que atraen a miles de invitados y presentan actuaciones de artistas internacionales como Nile Rodgers & Chic. Sus instalaciones han acogido conciertos de grupos como Take That, Duran Duran, Foo Fighters, Ed Sheeran y Bastille, e incluso la inauguración de la Semana de la Moda de Londres.
La mansión también alberga cenas de Estado, cumbres internacionales y reuniones de alto nivel en tiempos de crisis. Su versatilidad, con salas de recepción, extensos jardines y hasta un helipuerto, la convierte en un espacio ideal para encuentros diplomáticos.
No es sorprendente que haya servido como sede temporal para la élite política mundial durante cumbres históricas y visitas oficiales de presidentes estadounidenses y otros líderes globales.
El acceso a Winfield House es extremadamente restringido. Sus jardines, el segundo espacio verde privado más grande del centro de Londres, solo se abren ocasionalmente para visitas guiadas organizadas por grupos como los Amigos de Regent’s Park, siempre con la autorización del embajador.
Los asistentes a cualquier evento deben pasar por múltiples filtros de seguridad: envío previo de una lista oficial a la embajada, identificación con fotografía ante la guardia armada y escolta de seguridad, incluso para salidas anticipadas. Este protocolo, aunque riguroso, protege a las personalidades y la confidencialidad de los eventos.
La historia de Winfield House está ligada a figuras de la alta sociedad y momentos clave del siglo XX. Barbara Hutton, heredera de la fortuna Woolworth, la compró en los años 30, la reconstruyó tras un incendio y la renombró en honor a su abuelo.
En 1946, tras la Segunda Guerra Mundial, Hutton la vendió simbólicamente al gobierno estadounidense por un dólar, un gesto considerado generoso y patriótico por el presidente Truman. El edificio original, St Dunstan’s, había sido un centro para veteranos ciegos de la Primera Guerra Mundial.
Durante la guerra, la mansión fue requisada por la Real Fuerza Aérea británica, utilizando sus jardines para operaciones y recreación. Tras la guerra, Hutton la donó para su reparación y uso como residencia oficial de los embajadores estadounidenses. Desde entonces, ha recibido a todos los presidentes estadounidenses en visita oficial, incluyendo a los Trump, Biden y Obama, y a otros dignatarios internacionales.
Winfield House ha sido escenario de eventos históricos, como la conferencia de prensa conjunta de Mijaíl Gorbachov y George H.W. Bush en 1991 durante una cumbre del G7. Sus muros han presenciado reuniones estratégicas en tiempos de guerra, grandes cenas de Estado y encuentros que han marcado la historia diplomática internacional. Además, mantiene una activa vida social, recibiendo a celebridades, miembros de la realeza y figuras destacadas de la moda y el deporte, consolidándose como un lugar único en la vida pública londinense.